Léon Lacombe, miembro de la banda de Bonnot (Vida y obra)

Léon Lacombe (ca. 1912)

Léon Lacombe (ca. 1912)

Léon Lacombe conocido como Léautaux ,Léontou o Le Chiennace (1885-1913). Nació el 12 de abril de 1885, algunas fuentes citan el 12 de agosto de 1887 en Aubin, Languedoc, Occitania, (Francia)  y murió el El 5 de abril de 1913,  se lanzó al vacío gritando «Viva la anarquía!». Cayó más allá de los colchones que habían extendido para paliar la caída y se estrella en el suelo, muriendo instantáneamente.

Fue il·legalista anarcoindividualista.

Era hijo Pierre-Victor Lacombe, minero, y de Marie-Joséphine Cibié, trilladora de carbón, que le crió sola. Tuvo una infancia miserable y cuando tenía 12 años comenzó a trabajar de minero.

Después de hacer el servicio militar se instaló en La Sala, Languedoc, Occitania, (Francia) y se puso a trabajar en las minas de La Planquette, a Cerón, cerca de Aubin, donde frecuentó el círculo anarquista local y asistió a conferencias.

En una gira propagandística por la zona conoció Maurice Vandamme (Mauricius).

Acusado de haber robado un reloj en el vestuario, fue despedido de la mina de La Planquette por el capataz Albert Artous, que hacía de ingeniero. Meses después, el 30 de enero de 1912, éste fue asesinado durante la noche en su domicilio de Viviez, Languedoc, Occitania, (Francia) por un ladrón que se había introducido en su jardín.

Lacombe, que llevaba una existencia precaria ya que no había podido encontrar trabajo debido a su militancia anarquista, fue sospechoso de haber sido el autor del crimen.

Huyó y llegó a París, Isla de Francia (Francia) donde trabajó de terrelloner y entró a formar parte de los círculos anarcoindividualistas, participando en charlas y en las excursiones dominicales.

En la capital francesa se relacionó con André de Bläsus y Octave Garnier, implicados en «La Banda Bonnot». Frecuentó asiduamente la librería de Jules Erlebach ( Ducret ), que distribuía las publicaciones anarquistas individualistas, como «El Idée» Libro, de André Roulot (Lorulot). En un registro en el domicilio de los anarquistas Anna Mahé y André de Bläsus en Asnières-sur-Seine, Isla de Francia, (Francia) fue encontrada su cartilla militar.

El 14 de septiembre de 1912, cuando viajaba sin billete en la línea París-Limoges con otros tres compañeros, abatió el revisor Pierre Tharry que controlaba a la estación de Les Aubrais, Centro, Francia, (Francia) y huyó con la bicicleta de este.

El 9 de noviembre de ese año participó, según la policía, con otros tres compañeros, en un atraco en la oficina de correos de Bezons, Isla de Francia, (Francia) en el que murió el marido de la cobradora. Perseguido por la policía, se refugió en los locales del periódico «El Idée Libro», en el número 15 del pasaje de Clichy de París, Isla de Francia, (Francia) donde su amigo Erlebach, con quien preparaba un atraco, era el encuadernador y librero.

El 8 de noviembre de 1912 la policía registra estos locales y detuvo a tres personas, pero no Lacombe. Presentado por la prensa como un nuevo Jules Bonnot, fue persuadido, erróneamente que parece que Erlebach era confidente de la policía.

Durante la noche del 3 al 4 de diciembre de 1912 se introdujo en el domicilio de éste y, tras torturarlo durante parte de la noche, le tira un disparo en la garganta que le provocó la muerte, murio después de cinco semanas de agonía en el hospital.

El 11 de marzo de 1913 fue detenido en una barraca de luchadores de una feria popular en el bulevar de la Vilette de París, Isla de Francia, (Francia) llevando dos revólveres Browning cargados y explosivos, que no tuvo tiempo de usar, y encerrado en la cárcel parisina de la Sante, donde miembros de «La Banda Bonnot» (Raymond Callemin, André Soudy y Élie Monier) esperaban su ejecución.

El 5 de abril de 1913, durante el paseo reglamentario de los presos, consiguió subir al tejado de la prisión y amenazó con lanzarse al vacío. El abogado Boucheron, su defensor, se subio para hablar con él. Tras evocar su miserable infancia, de negar haber matado Artous, lamentar la muerte de los empleados y de justificar la muerte de Erlebach que consideraba un traidor, se lanzó al vacío gritando «Viva la anarquía!». Cayó más allá de los colchones que habían extendido para paliar la caída y se estrella en el suelo, muriendo instantáneamente.

Algunos individualistas lo vieron como uno de suyos, pero otros, como Rirette Maitrejean, pensaban que era un desequilibrado y nunca le perdonó la muerte de Ducret.

Su trayectoria criminal y turbia contribuyó a desacreditar la corriente anarquista il·legalista.